Aunque la juventud es una de las etapas más hermosas y disfrutadas de la vida, muchas veces cuando somos jóvenes cometemos error tras error, causando naturalmente arrepentimientos y decepciones de sí mismos, causando muchos aspectos negativos y difíciles de sobrellevar, algunos con secuelas permanentes hasta la vida adulta.
Ciertamente cuando somos jóvenes queremos experimentar todas las etapas, apresurarnos a hacer cosas que tendremos tiempo de hacer más adelante, creemos que sabemos todo o (la mayoría de las cosas), cambiamos totalmente, nos volvemos rebeldes, intentamos hacer lo que nos de la gana, cambiamos la personalidad a veces para bien pero otras para mal (y muy mal). Pero más allá de lo negativo, los jóvenes necesitamos aprender de los errores que hemos cometido en nuestra inexperta y corta vida.
Muchas veces no tenemos la confianza con nuestros padres o no la tenemos de la manera que nos permitiría
desahogarnos o hablar plenamente con ellos sin temor a ser juzgados, castigados o reprochados. Pero, el no comentarles nuestras cosas NO quiere decir que seamos malos hijos o lo que hicimos o queremos hacer esté realmente mal, a veces tampoco tenemos la suficiente confianza con nuestros familiares ni amigos que puedan saber realmente tus cosas más íntimas.
Quizás por estas razones y muchas otras, existen tantos jóvenes que no saben que hacer luego de alguna mala acción o experiencia que hayan tenido, o en tal caso, personas que ya son adultas y un poco más que siguen con traumas por experiencias pasadas de su juventud.
Arrepentirse es importante, es el primer paso para saber que lo que hicimos estuvo mal, pero arrepentirse y volverlo a hacer es como seguir viviendo en el mismo desastre. A lo largo de nuestra vida tendremos un sin fin de momentos y oportunidades, muchas serán buenas, otras malas y regulares, pero en nosotros está el hacerlas.
Si no tienes a tus padres (ya sea porque no puedes confesarles lo que hiciste o quieres hacer por falta de confianza y comunicación), o si necesitas un consejo para sentirte mejor y entender las cosas antes de volverte loco o loca y estás falta de alguien que realmente te escuche, te entienda, te ayude y no te juzgue, lee los siguientes consejos:
*Saber las razones de tus acciones: debes conocer el por qué estás haciendo o vas a cometer tal acto, a cambio de que y con la finalidad de que, porque así estarás ayudando a tu mente y tu cuerpo a reprimir esas ganas de hacer aquello que te mata la cabeza pensando.
*Pensarlo cuidadosamente: el pensar a veces se nos da es cuando ya hemos cometido el acto, y cuando nos empezamos a sentir mal o a arrepentirnos es que nos detenemos a pensar, ¿por qué hice eso? y allí es donde vienen los problemas, por eso aunque nos cueste un poco debemos pensar más en las consecuencias que en lo bueno o bonito del momento.
*Si nos hace bien: no porque algo lo vea la sociedad mal o ciertas personas nosotros también, pero esto no quiere decir que esas malas acciones o experiencias nos hagan sentir bien pero, como no todos somos iguales ni pensamos similar, si crees que lo que estás haciendo o vas a hacer te satisface como persona o te hace sentir mejor contigo mismo ¡Hágalo!.
*Si perjudicarás a los demás: puedes tener totalmente el derecho y la responsabilidad de hacer con tu cuerpo, mente, espíritu, dinero, y todo lo que sea tuyo lo que desees, pero cuando involucras a otras personas para hacerles algún daño debes retractarte. Un ejemplo sería: si te gusta salir todos los fines de semana sin precaución de que te suceda algo y a tu madre le preocupa tanto que no puede estar tranquila, automáticamente la haces sentir mal y la estás de un modo u otro hiriendo por lo que debes tomar conciencia de si tus actos no dañarán a tu familia, amigos, o las personas que realmente te importen.
No hay nada en la vida que sea más fácil que equivocarse, cometer errores, sufrir y conseguir problemas con pocas soluciones, pero entre todo lo negativo tenemos que extraer aunque sea alguna cosa positiva. Por esto cuando te caigas ¡levántate! y aprende a ser feliz con cada una de tus malas experiencias, actos y elecciones. Recuerda que por algo pasan las cosas y que por más que te arrepientas de haber hecho o dicho algo malo fue lo que quisiste hacer en ese momento de tu vida.
Aprendamos todos los jóvenes juntos, y contemos nuestras historias sin tabúes, sin problemas y sin lamentos porque solo estamos en un lugar de nuestro camino, lugar que en cualquier momento vamos a terminar de atravesar. Las experiencias de hoy son las mismas de mañana pero más difíciles y con un poco más de seriedad. Disfrutemos, seamos felices con todo y lo malo que nos pueda suceder, la vida es única y solo tenemos una. Dios les bendiga.